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Zambo Arigan, el cantante que lucha por salvar a San Andrés de la basura

Desde hace 3 años inició la aventura de crear su propia asociación raizal, la Schooner Bight Ethnic Association.

Relis Arnaldo Arigan Forbes es sanandresano, tiene 32 años y una marcada inclinación hacia las artes, la cultura y la música.. Foto: Sergio Vásquez/El Caribe Respira

Relis Arnaldo Arigan Forbes es sanandresano, tiene 32 años y una marcada inclinación hacia las artes, la cultura y la música.. Foto: Sergio Vásquez/El Caribe Respira(Thot)

Relis Arnaldo Arigan Forbes es sanandresano, tiene 32 años y una marcada inclinación hacia las artes, la cultura y la música. Este artista compone y canta música en creol, el lenguaje nativo de la isla de San Andrés.

‘Zambo’, como lo llaman en la isla, conoce medio mundo y ha sido un permanente embajador de la cultura insular. Ese arraigo por lo suyo, por lo propio, terminó motivándolo a ser hoy en día el rostro de la recuperación ambiental de San Andrés en cuanto a las basuras y reciclaje se refiere.

Varios hechos lo motivaron, pero principalmente el haber crecido en el barrio Schooner Bight, justo al lado del relleno sanitario de la isla denominado Magic Garden.

El olor de la basura que se quema allí no es agradable y a ‘Zambo’, un hombre de mundo, lo indignó profundamente el hecho de que su gente estaba condenada a vivir junto a ese ambiente, respirando el humo tóxico de la basura quemada.


foto (Sergio Vásquez)

Así encontró la motivación, y quiso remar para que la isla navegara hacia un futuro sostenible, lejos de la mala disposición de residuos.

‘Zambo’ Arigan se considera un deportista y un artista. Por mucho tiempo jugó baloncesto y representó a la isla. Ha estado en varias partes del mundo en intercambios culturales, y gracias a la música ha alcanzado la cercana Centroamérica y la lejana Asia. Se considera un embajador de su cultura, y a donde quiera que va con su música, les muestra la riqueza de San Andrés.

"Vivo orgulloso de mi creol, es raro para la gente afuera cuando uno llega. Se sorprenden porque hay un idioma en Colombia parecido al inglés. Siento que es mi obligación que la gente sepa que eso existe. Así que cada vez que me subo a cantar a una tarima, explico el por qué hablamos así", dice.

‘Zambo’ perdió la cuenta de cuántas canciones ha escrito, pero como todo compositor tiene sus favoritas. Sus temas son una combinación de varios ritmos del Caribe como Jumping Polka, Calypso y Dancehall y abarcan todo tipo de temáticas.

"La que más recuerdo es una que hice en un tiempo en el que la violencia en San Andrés subió muchísimo, entonces en esa canción hablamos del tema y le digo a la gente que si va a rumbear no hay necesidad de llevar un arma o un puñal, eso no tiene sentido", dice.

La violencia en la isla no golpeó directamente a ‘Zambo’, pero asegura que perdió muchísimos amigos por esas confrontaciones entre los residentes. Y aquí es donde toca su corazón, y muestra lo único por lo que se arrepiente en su vida. "Tuve un pasado en el tiempo del colegio en donde era tremendo y esos amigos que hice en ese tiempo, muchos de ellos ya no están con nosotros. Gracias a Dios pude recapacitar antes de llegar a ser un violento más en la isla", señala.

Es técnico en administración con énfasis en cartera, ha hecho cursos en contabilidad, informática e inglés a pesar de hablar el creol. Su formación en los últimos años se ha visto enfocada naturalmente a aprender todo lo relacionado con el reciclaje.


foto (Sergio Vásquez)

A ‘Zambo’ lo convenció de tomar el camino que hoy lleva una experiencia que tuvo estando en Europa. "Yo lo vi como un hecho bobo, pero con el tiempo me di cuenta de que fue algo muy importante, porque entendí el sentir que tiene la gente allá cuando tú pones un residuo en donde no va. A la gente le molesta mucho eso allá, se ponen bravos y pues, a raíz de eso me metí de lleno en lo que hoy es mi norte y sueño con que en San Andrés en unos años se tenga ese sentir, que todos depositemos los elementos aprovechables en su sitio", asegura.

Sueña con la transformación de la isla, y poco a poco ve acciones en la gente que lo hacen tener esperanza. "En mi patio y en el de mi mamá, por ejemplo, es común encontrar en las mañanas muchas botellas plásticas. Eso es porque la gente en mi barrio va entendiendo el mensaje y como saben que yo adelanto el proceso de reuso, las dejan ahí. Eso me pone feliz, porque quiere decir que los vecinos se están contagiando de esa buena energía del reciclaje", dice.

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