Por montañas y ríos vacunadores recorren largas horas los resguardos indígenas en Cubará
Ritayaso Barrosa, vacunador de origen Uwa, camina entre 7 y 12 horas por los siete asentamientos para aplicar las dosis que requieren las comunidades.
A las 5 a.m. el vacunador Ritayaso Barrosa, camina, entre siete y 12 horas, para llevar las vacunas de influenza, sarampión, polio, neumococo, rubeola entre otras, a las comunidades del resguardo indígena Uwa, ubicado en el municipio de Cubará (Boyacá).
Barrosa, recorre lugares retirados y agrestes, pues el 99% de la población de Cubará es rural y dispersa son en total más de 10,000 habitantes en el margen rural. “Nos toca pasar montañas, ríos y quebradas”.
Son dos vacunadores que se encargan del resguardo, autorizados por la nación Uwa para poder tener un vínculo de confianza.
Nancy Milena Tovar Saavedra, gerente del hospital de Cubará, cuenta que dentro de los mismos resguardos hay neveras y refrigeradores para garantizar la calidad y la cadena de frío de los biológicos.
foto: Las vacunas son trasladadas a los asentamientos.
El vacunador Uwa de 29 años de edad, lleva seguimiento y control minucioso de los niños y las personas que requieren las vacunas para hacer las visitas. "Yo subo cada vez que revisó, entonces digo tengo unas cuantas niñas para vacunar y uno programa la comunidad y así sucesivamente”.
La nación Uwa está asentada en varios departamentos, pero la mayor, con siete asentamientos, está en Boyacá, es decir más del 40%.
“La comunidad me agradece mucho porque es un esfuerzo para ellos”, dice Barrosa que hasta colgando de una polea debe cruzar el río para cumplir su misión.
foto: Ritayaso Barrosa
El secretario de Salud de Boyacá, Jairo Santoyo, agradece al equipo de Cubará para proteger la vida de las comunidades Uwa, con la aplicación de las vacunas.