Judicial

Coronel (r) Cabuya me envió informantes de las AUC: sargento ante la JEP

Dos exmilitares más señalaron al excomandante del Batallón Vargas de haber tenido alianzas con Autodefensas. Su sucesor Néstor Sánchez fue salpicado.

La W tuvo acceso a las versiones voluntarias ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de dos militares más. Foto: Proporcionada por Rafael Aristizábal

La W tuvo acceso a las versiones voluntarias ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de dos militares más. Foto: Proporcionada por Rafael Aristizábal(Thot)

La W tuvo acceso a las versiones voluntarias ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de dos militares más que cumplieron un papel determinante durante la comandancia del coronel (r) Alejandro Cabuya en el Batallón Pantano de Vargas (Meta). En sus relatos reforzaron los señalamientos hacia Cabuya como un aliado de las Autodefensas, quien se ha defendido, incluso ante la JEP (a pesar de estar condenado), indicando que todo es falso.

Uno de los soldados que habló en contra de Cabuya en la JEP fue el sargento A.N (a quien le protegemos su nombre por razones de seguridad), manifestando que recién llegado al sector de Fuente de Oro fue abordado por dos paramilitares en una moto ofreciéndole trabajar conjuntamente, él los ignoró, pero luego el propio coronel Cabuya se los envió.

"Yo salgo con unos soldados a comprar útiles de aseo, en ese momento se me acercan dos señores a mí en una moto, yo les atendí y se identificaron somos paramilitares, queremos trabajar con usted, yo hice caso omiso. Más adelante en el tiempo yo inicié haciendo registros entonces mi coronel me envió unos guías, pero resulta que estos guías eran los mismos muchachos que se me habían presentado como paramilitares", sostuvo.

Según el sargento, desde ese momento corroboró las versiones que desde adentro aseguraban que el batallón estaba "infiltrado" por los paramilitares y hasta llegó a ser acompañado por ellos dándoles armamento.

De acuerdo con el suboficial, hizo parte del cuadro de honor del batallón porque integraba la "rosca" de Cabuya y recibió felicitaciones por bajas que en realidad eran crímenes. También admite que solicitó su retiro del Ejército por el "cargo de conciencia", sosteniendo que para él fueron manipulados por sus superiores y cumplieron órdenes, pero ahora los que están pagando cárcel son solamente ellos.

"Todas las personas que estamos privadas de la libertad, que cometimos estos hechos sabemos que de una u otra forma jugaron con nosotros, que nosotros realmente los detenidos militarmente somos los mandos medios, los soldados. Nosotros sentimos que fuimos los peones, nosotros fuimos los que pusimos el pecho y jurídicamente nos vimos afectados, y pocos de los que dieron las órdenes fueron detenidos" indicó.

Además, aceptó que cometió falsos positivos proveídos por paramilitares incluso ocurridos un mes después del cambio del mando en el Batallón donde el coronel Néstor Sánchez reemplazó a Cabuya. El compareciente señaló que, aunque Sánchez sospechó de dos bajas (que en realidad fueron ejecutadas por las AUC) y le dijo más adelante que se fuera o lo iba a "meter a la cárcel", en pocas horas le fue enviada la orden de operación avalando los hechos.

"Se les colocó el arma a estos muchachos, no iban amarrados, fueron muchachos engañados que llegaron pensando otra cosa y todo el armamento era suministrado por las AUC. Yo reporté, hicieron el levantamiento y frenó la camioneta rodeo donde llegó el coronel Néstor Sánchez, yo le entregué las bajas y me regañó, pero igual la orden de operación llegó después" manifestó.

Adicional a A.N., el coronel E.M. que comandó la compañía B señaló al coronel Cabuya de haber liderado una "estructura criminal" en el interior del Batallón, y manifestó que nunca fue del agrado de Cabuya porque no se quiso vincular a su "organización".

Continuando con lo anterior, indicó que la ejecución extrajudicial de dos personas el 7 de septiembre de 2003 en Lejanías se habría producido para mostrar resultados en combate, debido a que en la confrontación sostenida con unidades de las Farc sólo habían obtenido víveres, medicamentos y otros elementos luego de un gran gasto de material de guerra.

"El afán de protagonismo y de mantener un prestigioso lugar a nivel nacional en la obtención de resultados causó en el comandante Cabuya una ambición muy alta que le representaría beneficios en su carrera militar. (...) Presumo que lo motiva a ordenar a su organización criminal que consigan unas personas para poderlas mostrar como unas bajas" expresó.

El coronel (r) expresó que un sargento de apellido Espitia fue el primero que le advirtió que ese batallón estaba "contaminado" por paramilitares quienes les daban las bajas y ellos las recogían. Según su relato, pudo evidenciarlo ante la falta de pericia de los soldados en las operaciones en combates reales gastando munición "disparándole a la nada".

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