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La verdadera historia de Herman Knippenberg, el héroe detrás de 'La Serpiente'

En diálogo con La W, el exdiplomático relata cómo fue la persecución al asesino serial Charles Sobhrah, cuyo caso inspiró la nueva serie de Netflix.

Charles Sobhraj, un asesino francés de la década de los 70, era tan difícil de localizar que la Policía lo apodó “La Serpiente”. También conocido como “el asesino bikini”, porque mataba a turistas que recorrían el “sendero hippie” del sudeste asiático, Sobhraj ha sido señalado por cerca de 20 homicidios cometidos antes de su detención en Nepal en octubre de 2003.

El expediente de este caso fue desempolvado una vez más para dar origen a la serie de Netflix y BBC titulada ‘La Serpiente’, que muestra, entre otros detalles, cómo su suerte en los tribunales fue sellada por las declaraciones del diplomático holandés Herman Knippenberg.

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Adscrito a la embajada de los Países Bajos en Bangkok a mediados de los años setenta, Knippenberg fue la persona que persiguió al asesino en serie francés en Tailandia y Nepal. Hoy, desde su retiro en Nueva Zelanda, conversó con La W acerca de la historia real que inspiró esta serie.

Para Knippenberg, la serie relata un alto nivel de verdad, pues considera que un 90% de lo que se ve en pantalla lo es: “La persecución a Charles Sobhrah no fue una obsesión sino más bien una depresión (…) yo le preguntaría a Sobhraj a cuántos más les hizo eso. También le preguntaría qué pasó con la mujer que dejó una carta a medias”, relató en La W.

“Tuve mucho miedo en mayo, cuando el arresto internacional de Charles Sobhrah ya se había hecho efectivo (…) sentí que se me acercaba una sombra y tomé mi arma, pero era mi esposa. Además, el momento más frustrante fue un 11 de marzo, cuando convencí a la Policía de tomar acciones contra Charles Sobhraj (...) pensé que los llevarían a prisión a los tres, pero los dejaron escapar”, relató el exdiplomático sobre la persecución a ‘La Serpiente’.

Sobre Marie-Andrée Leclerc, pareja del asesino, Knippenberg relata que fue tanto una víctima como un accesorio, al ser influenciada por el magnetismo de Sobhrah: “Nunca la conocí ni tuve la oportunidad de hablar con ella. La única oportunidad que tuve fue cuando me invitaron al interrogatorio, pero no asistí”.

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