El seguro de crédito protege a las empresas frente al riesgo comercial.
La capacidad de pago de las empresas, tanto en el país como en el exterior, se encuentra afectada debido al momento que estamos viviendo por causa de la COVID-19.
La pandemia ha afectado a la liquidez de las empresas. Por un lado, el dólar ha alcanzado sus máximos históricos, con las consecuentes repercusiones sobre la capacidad de pago de las empresas importadoras por el aumento de los precios de los productos.
Por otro lado, la COVID-19 también genera impactos en la capacidad de pago de las empresas por el cese de actividades a las que algunas han tenido que someterse. Situación que coloca a las mismas frente al dilema de cumplir con un presupuesto de ventas, haciendo una mayor apuesta por el riesgo. En ocasiones, esto empuja a las compañías a hacer negocios con compradores que pueden encontrarse, a su vez, en una situación difícil y generar aún más problemas.
En momentos como el actual, un seguro de crédito es una buena alternativa para hacer ventas más seguras, ya que actúa como una herramienta que pone a disposición de la empresa el conocimiento necesario sobre el mercado y el comportamiento de sus clientes, y sobre todo, permite cubrir situaciones inesperadas de impago que puedan surgir durante un proceso comercial.
El seguro de crédito de Solunion cubre las ventas a crédito que una compañía haga a compradores domiciliados en el país o en el exterior. Además cuenta con una gama de soluciones de productos que se adapta a empresas de todos los tamaños y sectores. Tiene como principal objetivo acompañar a sus clientes en todo su proceso de venta, desde la elección del mercado y el cliente destino, hasta el intercambio del bien y el pago de las facturas para proporcionarles seguridad ante todas estas variables que están afectando a la capacidad de pago de sus compradores.
Siempre, pero más aún en tiempos difíciles, las empresas deben identificar si un cliente cuenta con las condiciones y la solvencia adecuada para responder por lo que está comprando. A ello contribuye el seguro de crédito y la tranquilidad que aporta, ya que en caso de retraso o impago, la entidad hará la gestión de cobro. De ser necesario, también indemniza, para minimizar el impacto en el balance del asegurado. De este modo no se afecta la liquidez, ni la rentabilidad del negocio.