Discurso racista, ¿talón de aquiles para reelección de Trump?
La radicalización del discurso en plena campaña electoral, particularmente en contra de cuatro legisladoras de color y diversos orígenes, le puede restar apoyo para la reelección.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, introdujo a su campaña por la reelección el anzuelo de la discriminación racial, con el objetivo no declarado de captar y movilizar a la base blanca y más reaccionaria del electorado Republicano. Lo logró con creces, a juzgar por la respuesta inicial de esos votantes.
Pero se trata de una estrategia de alto riesgo, según opinan los analistas políticos en Washington. Duramente cuestionada por amplios sectores de la sociedad estadounidense, podría incluso volvérsele en contra al mandatario y sepultar sus chances de obtener un segundo mandato de cuatro años si aleja a las minorías y a los sectores medios que todavía no ven una alternativa atractiva entre los precandidatos Demócratas.
Trump radicalizó su discurso en los últimos días. Ha atacado en duros términos a cuatro legisladoras de color y diversos orígenes: Alexandria Ocasio-Cortez (Nueva York), Ilhan Omar (Minnesota), Ayanna Pressley (Massachusetts) y Rashida Tlaib (Michigan)-. Además, Trump elogió a una multitud que había coreado consignas xenófobas contra una de ellas, "Sent her back" decían; equiparó los cuestionamientos políticos con expresiones de antipatriotismo y dobló la apuesta al afirmar que si las congresistas Demócratas “odian a nuestro país, si no están contentas, se pueden ir”.
El mandatario sugirió de esa manera que Estados Unidos no es su país. Pero la oposición le recordó al presidente Trump que tres de ellas nacieron en EEUU y la cuarta, Omar, una refugiada musulmana de origen somalí, se naturalizó estadounidense cuando tenía 17 años.
A pesar de la respuesta de las legisladoras y su partido, el mandatario estadounidense ha persistido en sus ataques, especialmente en las redes sociales. En Twitter, Trump ha definido a 'The Squad' (escuadrón, término puesto por medios en EEUU para referirse a las cuatro legisladoras) como "un grupo muy racista de jóvenes alborotadoras, inexpertas y no muy inteligentes. Ellas están llevando al alguna vez gran partido Demócrata a la extrema izquierda".
Este martes Trump dijo en Twitter: "en 2016 casi gano Minnesota (estado del que proviene Ilhan Omar). En 2020, debido a que Estados Unidos odia a la representante antisemita Omar y al hecho de que Minnesota está teniendo su mejor año económico, ¡yo ganaré el estado! "Vamos a ser una pesadilla para el presidente", dice ella. ¡No, AOC (Alexandria Ocasio-Cortez) más las otras tres son una pesadilla para América!"
Para el analista político Juan Carlos Hidalgo, del Cato Institute en Washington, es claro que detrás de los ataques presidenciales hay una estrategia electoral que sintoniza con las inquietudes que expresan los votantes que llevaron a Trump a la Casa Blanca en la última elección presidencial.
“Diversos estudios muestran que la razón que más motiva a la base de Trump para ir a las urnas y apoyarlo son los temas raciales, los temas de identidad cultural, y no los temas económicos”, afirmó Hidalgo en diálogo con la Agencia Anadolu. Por lo tanto, señaló el experto, Trump “está respondiendo a esos sondeos de una manera que le sirvió ya en 2016 y que él espera le sirva en 2020”.
Pero la radicalización del discurso presidencial persigue otro objetivo, además de movilizar a los seguidores Republicanos. Pretende “que la gente identifique al Partido Demócrata con su ala más de izquierda”, sostiene Erick Langer, analista y académico de la Universidad de Georgetown.
Es decir, que el votante más 'desinformado' y menos interesado en el debate político vea a la oposición “como socialistas que quieren redistribuir el ingreso y aumentar los impuestos”, indicó el especialista. Las cuatro legisladoras que desde la semana pasada son blanco de los ataques presidenciales pertenecen justamente al sector más diverso y progresista de los Demócratas.
Sus posturas desafiantes incluso las han enfrentado con los sectores moderados del partido, incluida la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Las diferencias se hicieron notorias tiempo atrás en torno a la posibilidad de avanzar con el 'impeachment' del presidente Trump, por ejemplo, pero se borraron en los últimos días ante la ofensiva del mandatario contra las cuatro jóvenes.
Mark Jones, analista político de la Universidad de Rice, en Texas, coincide con este análisis. A su juicio, por su “ideología radical”, en términos del debate estadounidense, las legisladoras señaladas por Trump “pueden hacerle perder votos a los candidatos Demócratas que tienen que competir en disputados distritos, ya sea para mantener su banca o para ganarle la banca a un Republicano en una posición vulnerable”.
Pero el discurso intolerante del mandatario, apoyado en consignas simples, entraña riesgos para el Partido Republicano, ya que podría alejar definitivamente a los sectores independientes o de centro que posiblemente van a ser los que decidan la próxima elección. Los ataques del presidente Trump “son vistos como racistas por muchos votantes, y eso erosiona el apoyo de las minorías al Partido Republicano”, explicó Jones.
Mucho dependerá de quién sea el candidato que finalmente elija la oposición para la pelea por la Casa Blanca en el 2020. “Dudo que los votantes moderados todavía tengan una actitud vacilante ante estas actitudes del presidente Trump, pero (esos mismos votantes) podrían estar en juego en caso de que los Demócratas escojan a un candidato muy radical para las próximas elecciones, un candidato que abrace abiertamente posturas socialistas o de extrema izquierda”, señaló Hidalgo.
Una decisión de ese tipo por parte de la oposición, agregó el experto del Cato Institute, “pondría en una encrucijada a muchos votantes Republicanos moderados, que si bien no soportan a Donald Trump, tampoco quieren que Estados Unidos vaya en una senda radical de políticas de extrema izquierda, por lo menos en materia económica”.