Más de 30 mil feligreses en plaza de Bolívar de Tunja en el día de la Virgen del Milagro
La eucaristía estuvo a cargo del arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga.
Con paraguas en sus manos y sentados en sillas pequeñas, los feligreses provenientes de varias partes del país se dieron cita en Tunja para celebrar el día de la Virgen del Milagro, allí agradecieron por todos los favores recibidos en el último año.
Los creyentes de la patrona de la Fuerza Aérea Colombiana, así también se le conoce, escucharon el sermón al tiempo que observaban pasar, en repetidas ocasiones y con sus estruendosos ruidos, los aviones de combate.
Es una tradición religiosa que se celebra el primer puente festivo de junio. Según Fray Santiago Hernández Helada, de la provincia Franciscana San Pablo Apóstol de Colombia, la virgen del Milagro apareció el 24 de agosto de 1628 en una madrugada, en el antiguo monasterio de las concepcionistas de Santiago de Tunja.
El franciscano, luce su hábito color marrón, cuenta que dos religiosas se levantaron muy temprano aquel 24 de agosto, para ir a orar a la capilla del monasterio, había llovido esa noche y cuando retornaban a sus habitaciones en un charco vieron reflejada una imagen en el cielo.
Lo más sorprendente para las religiosas es que al llegar a la habitación o celdas, como se le conocía en ese tiempo a los cuartos de las monjas, en el lienzo, que servía como cortina, estaba impresa la sagrada imagen de la virgen del Milagro.
Los favores de la patrona de la Fuerza Aérea son incontables, por eso se encuentran recopilados en un nutrido archivo de milagros en el monasterio en donde hay folios de cartas escritas por muchísimas personas que entregan a la abadesa.
- La procesión y los milagros
Las bandas marciales de la Policía y del Ejército acompañan la procesión de la Virgen del Milagro, que sale de la catedral en hombros de los penitentes, hacen un recorrido por las calles angostas para llegar a la iglesia del Topo, ubicada en la zona alta de la ciudad y donde la espera otro nutrido grupo de feligreses.
Replican las campanas, los creyentes comienzan a buscar el mejor puesto para escuchar, en el pequeño templo del Topo, una nueva eucaristía, pero mientras empieza narran los milagros que su patrona ha hecho en sus vidas y en las de sus familias.
Ver el cuadro gigantesco de la Virgen del Milagro a doña Luz Dary, quien viajó desde Susacón, le genera amor, paz y reconciliación. “Vengo a contarles mis problemas, he recibido milagros como estudio y trabajo, confío rotundamente en ella”.
Don Jairo Rodríguez, sostiene a su nieta de tres años de edad en sus brazos, cuenta que la Virgen del Milagro lo ha bendecido desde hace 50 años por eso siempre hace un esfuerzo para viajar desde Miraflores a Tunja. “Esta niña andaba enferma no comía ni nada, y vine aquí a pedirle a la virgencita: mire usted ya come y camina”.
Doña Teresa, sentada en una escalera, con una pequeña imagen de la virgen, toca el asfalto con la mano, y dice que está allí para darle gracias a su patrona por todos los favores recibidos, y recuerda tres milagros. “Cuando me salvó la vida de mi hijo que se accidentó en un taxi, el día que mi otra hija salió de la cárcel y el haber sacado al menor de mis hijitos de la drogadicción”.
Hasta por estos días la Virgen logra milagros que son casi imposibles como el de transitar por la vía Villavicencio – Bogotá, la más compleja del país sin contra tiempo alguno, tal como le sucedió a doña Teresa Portela.
“Dios me dio el permiso de venir porque el jueves hubo un aguacero terrible y cerraron la vía, pero el viernes amaneció un día precioso, tomé el bus y no tuve ninguna dificultad”, explica la señora Teresa.
La celebración religiosa contó con un dispositivo de seguridad de 300 integrantes de la Policía para garantizar la seguridad de las más de 30 mil almas que participaron de la misa campal en la plaza de Bolívar, los recorridos en las calles de Tunja y la eucaristía en la Iglesia del Topo.