La historia de la primera piloto de avión sin brazos

Jessica nació sin brazos, por esto comenzó a valerse de sus pies para realizar todas sus tareas. A temprana edad descubrió que sus pies podrían reemplazar sus manos.

Cada vez que alguien le decía que no podía hacer muchas cosas por no tener manos, se transformaba en la motivación para cumplir todas sus metas.

Jessica toca el piano, juega Taekwondo, maneja carro, se maquilla y cocina, todo con ayuda de sus pies.

“Lo más difícil es aceptar como la gente reacciona al verme usar los pies, porque asumen que están sucios o no es higiénico”. Sin embargo, Cox explicó que siempre los mantiene limpios. No le gusta que la llamen discapacitada.

La comunidad de la aviación fue muy amable con ella y la apoyaron en todo momento cuando quiso tomar un curso para poder ser piloto de aviones. En su primer vuelo llevó a su papá y en el segundo a su mamá.

Jessica hace una invitación a cumplir lo que la gente nos cree incapaces de hacer y a seguir nuestros sueños.