¿Por qué nos dan ganas de apretujar animales tiernos?
Este deseo se conoce como agresión por ternura e investigadores acaban de publicar el primer mapa de la actividad cerebral cuando se experimenta esta sensación.
Según una investigación publicada en Frontiers in Behavioral Neuroscience, esta necesidad de apretar cosas demasiado tiernas se conoce como “agresión por ternura” y activa dos zonas clave en el cerebro: la zona de recompensa y la zona que se encarga de procesar nuestras emociones.
En general, este deseo se explicaba bajo la premisa que de que al ver algo muy tierno nuestro cerebro compensaba y liberaba el estímulo positivo con ganas de estrujar.
Sin embargo, este nuevo estudio revela que la sensación es mucho más complicada. De acuerdo con los encargados del análisis, esta emoción podría ser una forma del cerebro de activar nuestro instinto de cuidado.
Los autores del estudio piensan que la agresión por ternura evita que nos sobrecarguemos emocionalmente por cosas con altos niveles de ternura y que deben ser atendidas.
Le puede interesar: Según estudio los perros pueden reconocer a las personas de poca confianza
Para llegar a esta conclusión, el equipo de neuropsicología de la Universidad de California estudio la actividad cerebral de 54 voluntarios, que tenían entre 18 y 40 años, mientras veían 128 fotos de animales bebé y animales adultos, entre ellos varias fotografías de bebés humanos y adultos de la misma especie.
Algunas de las fotos de los bebés humanos habían sido alteradas para que se vieran extra tiernos.
Entre las conclusiones se encuentra que no todo el mundo experimenta esa sensación de ser sobrepasado por ternura. De hecho, solo 64% de los participantes confesaron haber sentido “tanta ternura que deseo apretujarlo”.
Además, el sentimiento de “agresión por ternura” fue más pronunciado frente a animales bebé, y el 74% de quienes dijeron haber experimentado esta sensación confesaron haber actuado para satisfacerla.