Pamela Anderson enumera los inconvenientes de ser un mito sexual
La actriznunca ha tenido una relación positiva con ningún hombre que otorgara demasiada importancia a su estatus de icono erótico o que la pusiera en un pedestal por ello.
Por muchos años que pasen, a Pamela Anderson siempre la perseguirá para bien o para mal la reputación de mito sexual que se labró enfundada en el ya mítico bañador rojo de 'Los vigilantes de la playa' o posando en las portadas de la revista Playboy. Pese a que esa imagen le ayudó a construir su carrera, en el plano personal se convierte en ocasiones en una pesada carga cuando sus parejas son incapaces de separar a la mujer de carne y hueso de la fantasía.
"Yo no pienso en mi aspecto o en mi pasado. Cuando los hombres tratan de ponerme en un pedestal, me resulta horrible. Te sientes aislada y sola al verte tan protegida. También se trata de alguien que eventualmente te será infiel, sin duda. Pensar que eres demasiado perfecta hace que ellos se sientan inseguros y acaben buscando atención en otra parte", asegura la artista en su papel de editora de sexo, sensualidad y relaciones personales para la revista Dazed.
Para sorpresa de muchos, en las distancias cortas ella solo espera y desea que la traten como a una persona real, no como el icono erótico que también es, por lo que los regalos, halagos falsos o una deferencia excesiva nunca han funcionado para conquistarla.
"Lo único que quiero es pasear de la mano por la calle y besar y reír y amar, pero a algunos hombres les da miedo tratarme como a una chica normal. Y eso es lo que yo quiero por encima de todo", admite.
Otra de los grandes equivocaciones en torno a su persona es la idea de que, debido a su trayectoria como Playmate o a la franqueza con que se expresa acerca de sus experiencias, debe ser por tanto una persona promiscua o capaz de separar el sexo y las emociones.
"Nunca he tenido una experiencia con tríos o encuentros grupales que fuera positiva, ¡pero cada uno con lo suyo! Todos mis amantes pasados eran demasiado celosos, menos quizá uno que fantaseaba con verme junto a otra mujer. A veces suena tentador, pero soy demasiado romántica. No disfruto del sexo sin amor o compromiso. No es algo mecánico o para alardear, se trata de compartir intimidad y secretos".